Pese a que la película de pasivado suele producirse de manera natural en la superficie de aceros inoxidables, a veces también se requiere favorecer el proceso de manera no espontánea.
El acabado pasivo forma una capa de óxido rico en cromo sobre la pieza, protegiéndola frente a agentes externos. La película pasivante aumenta y refuerza la resistencia a la corrosión de la pieza y mejora la adherencia. El recubrimiento pasivado otorga a la pieza un color determinado y retrasa la aparición del óxido en el metal.
Durante este proceso no se elimina metal de la superficie, y la calidad y espesor de la capa crecen gracias al ácido. Las cavidades de la película se rellenan, y se consigue una capa protectora sin poros que consigue disminuir la reactividad de la pieza ante todo tipo de agentes atmosféricos.
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